En el trastorno de personalidad límite, la persona carece fundamentalmente de sentido de sí mismo, y en consecuencia experimenta sentimientos de vacío y miedo a ser abandonado.
Produce un patrón de conductas tendiente a establecer relaciones intensas pero inestables, con labilidad emocional, estallidos de rabia y episodios violentos (frecuentemente como reacción a las críticas), así como impulsividad.
También son frecuentes los intentos de suicidio y las autolesiones, principales motivos por los que las personas que sufren este trastorno empiezan a utilizar los servicios de salud.
Este trastorno recibe el nombre de “límite” porque se considera localizado justo en ese punto medio entre los trastornos neuróticos, de ansiedad, y los trastornos psicóticos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Se ha planteado que el trastorno de personalidad límite puede ser causado por abuso sexual durante la infancia, y por este motivo es más común en mujeres, pues son las víctimas más frecuentes. Sin embargo, los movimientos feministas han defendido que este trastorno es solo ligeramente superior en mujeres respecto a los hombres, y es debido a que las mujeres con conductas promiscuas y agresivas tienden a ser diagnosticadas con trastorno de la personalidad límite, mientras que a los hombres con idénticas conductas se les suele diagnosticar el trastorno de personalidad antisocial.
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