El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (que no hay que confundir con el trastorno obsesivo-compulsivo – TOC) viene caracterizado por un exceso de preocupación por los detalles, normas, horarios y el orden y la organización en general.
Muestran un perfeccionismo tan extremo que llegan a no poder completar sus tareas, y su absoluta implicación en el trabajo y la productividad les hace sacrificar relaciones y actividades placenteras.
Los pacientes con este trastorno suelen comportarse de forma cauta y dubitativa, rígida y controlada, avara y sin muestras de humor.
Su nivel de ansiedad interno se manifiesta en su percibida carencia de control sobre un universo que se escapa a su entendimiento. En consecuencia, suelen mostrar poca tolerancia con temas poco claros y prefiere simplificar el universo ciñéndose a conductas y creencias en las que tiene absoluta certeza. Sus relaciones con los demás, ya sean de la familia, amigos o compañeros, tienen a ser dominadas por sus irracionales e inflexibles demandas hacia ellos.
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